Este enfoque promueve la integración y colaboración de todos los actores en el sector de la construcción, reuniéndolos desde las primeras etapas del proyecto y adoptando contratos colaborativos. Al involucrar a los participantes clave (como constructores, diseñadores, proveedores y clientes) de manera temprana, se optimizan recursos, mejorando la coordinación, eficiencia y, en última instancia, la competitividad del sector.

La colaboración en construcción es esencial porque permite alinear objetivos, compartir riesgos y maximizar la eficiencia operativa. Al facilitar una comunicación abierta y una toma de decisiones conjunta, se logra una ejecución de proyectos más ágil y coordinada, reduciendo costos y aumentando la productividad en todo el ciclo del proyecto.

Adoptar un enfoque colaborativo impulsa la eficiencia, reduce costos y plazos de ejecución, y mejora la calidad del resultado final. Además, este modelo de trabajo puede abrir nuevas oportunidades de negocio, incentivar la innovación y fortalecer la posición competitiva de la empresa al fomentar una relación de confianza y transparencia con los socios del proyecto.

No implementar un modelo de integración y colaboración puede llevar a una pérdida de competitividad y una gestión de riesgos deficiente. Esto puede resultar en contratos menos modernos, procesos fragmentados e ineficientes, aumento de costos y una calidad de ejecución inferior. Sin esta metodología, la empresa queda más expuesta a problemas de coordinación, mayores costos y una reputación limitada en el mercado.